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El pueblo judío depositó su fe en un Dios único y todopoderoso. No se le puede conocer; no tiene forma humana ni ninguna otra visible. Se le nombra de muchas maneras en la Biblia, pero ninguna de ellas se puede pronunciar, porque sería una falta de respeto. Aparece distante de los seres humanos y los judíos muestran hacia él una actitud reverente. Dió a conocer su voluntad al pueblo judío sirviéndose de ángeles o apareciéndose en sueños de personas justas que él eligió.
-El pueblo elegido.
La historia comienza en Ur (ciudad de Mesopotamia), allí vivió el pratiarca hebreo Abrhán al cual Dios le prometió la tierra prometida. Los judíos fueron sometidos a difíciles pruebas. Contraían una promesa con Dios.
-Moisés y los Mandamientos de la Ley.
El patriarca Moisés, que guiaba a su pueblo hacia la tierra prometida, recibió las Tables de la Ley (los Mandamientos) en el monte Sinaí. Tras morir Moisés, la jefatura del pueblo fue ejercida por los jueces.
-La época de los reyes.
El último de los jueces ungió como rey a Saúl, así empezó la monarquía. El primer empeño de Saúl fue unificar las tribus hebreas bajo su autoridad. Destacó el rey David, que consolidó Jerusalén como capital del reino. Su hijo, Salomón, edificó el garn templo de esta ciudad.
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